15 mayo, 2011

Negativos











Mi visión de la cámara estenopeica.


La primera vez que tome una foto con la cámara estenopeica, no sabía que iba a salir, no sabía si el encuadre estaba bien hecho, si la exposición fue la correcta, sólo confíe en mis instintos, y en el profesor.

Al llegar a la sala de revelación, estaba muy nerviosa. Quería que saliera una buena foto. Saco la tapa de la caja, después el marco, y tomo cuidadosamente el papel fotográfico. Lo llevo al revelador, y comienza la magia.

Fue un minuto de emoción, al ver, por primera vez, una foto revelada por mi misma, y además, sacada de un instrumento tan artesanal, como lo es la cámara estenopeica. No se puede explicar qué se siente al ver como va apareciendo la imagen. Cómo una pequeña caja, con un orificio tan pequeño, puede hacer tal perfecta imagen. Pero ahí no terminaba la magia, faltaba ver la fotografía a la luz y luego, pasarla a positivo.

Realizar el positivo fue el punto culmine de todo, vería cómo pasa la luz desde el negativo, hasta otro papel fotográfico, y éste, se vería en positivo. Ocupe la misma primera foto que saque, para realizar el cambio. Primero, hacer la tira de prueba, para ver la escala de grises, después, otra prueba más, para ver qué tal quedo el tiempo de luz que diste en la ampliadora. Cuando ya estás listo, das la exposición que elegiste, y al terminar, vas al revelado. La magia comienza otra vez, pero ahora, viendo la fotografía en blanco y negro, y lista para ser expuesta.

La cámara estenopeica es una experiencia única, que todo fotógrafo debiera hacer, y aficionados también.